Setracsed

1 febrero, 2019

Hola a tod@s.

Estos días mis alumnos se examinan del autor Descartes en su asignatura de filosofía. Para los que estáis menos puestos, este autor es el de la famosa "Pienso, luego existo", y yo he decidido titular mi entrada como Setracsed (Descartes leído al revés) para explicaros porque la frase debería ser justo al contrario: "Existo, luego pienso".

Por no extenderme demasiado, Descartes, que era un gran matemático y físico, buscaba unos principios básicos y sólidos sobre los que asentar todo su conocimiento. Para ello propuso la duda metódica que básicamente consiste en no dar nada por sentado, hasta el punto de dudar del mundo físico, del modo en como lo percibimos, o incluso de nuestra propia existencia. Pero llegados a este punto, en el que ni el mundo en el que vivo tiene por qué existir solo porque yo lo vea como lo veo, o que ni tan siquiera mi cuerpo tiene porque ser lo que yo creo que es, de lo que no pudo dudar Descartes fue de su propia existencia, pues si tenía la capacidad de tener pensamientos y de poder dudar de todo a todos los niveles, parece obvio que debía existir. Y de ahí su famosa frase. Visto así, parece que todo resida en nuestra mente (lo que algunos aprovechan para llamar alma) y que la existencia en sí, no sea más que un subproducto del hecho de tener esa capacidad de pensar (o para los mas creyentes, de tener alma). Algunos interpretan que Descartes vino a decirnos algo así como que "Pienso, y gracias a eso, existo". Algo así como que lo importante (y eso nos gusta pensarlo a muchos de nosotros) es lo que hay dentro de nosotros, nuestra alma, nuestro pensamiento, cuando en realidad lo que pasa es exactamente lo contrario a esta idea tan romántica.

Hoy en día, y gracias a los últimos avances científicos, sabemos que en su día, las bacterias primigenias de las que venimos existían sin pensar. Que luego, el día que intentando comerse unas a otras se juntaron para formar los primeros seres pluricelulares, también lo hicieron sin tener la capacidad de pensar. Y hoy, y gracias a millones de años de evolución, nosotros existimos con unos billones de células llamadas neuronas alojadas en nuestro cerebro gracias a las cuales podemos pensar. Con lo que, en definitiva, el pensamiento (o el alma, o la esencia de cada uno de nosotros) no es más que un subproducto del hecho de existir, y no al revés como muchos creían, y desgraciadamente aun creen.

Ya se que algunos se estarán echando las manos a la cabeza y pensando cosas como: "¿Qué quieres decirme Berto? ¿Qué no soy más que un montón de reacciones químicas? ¿Qué la parte de mi de la que soy consciente como sujeto pensante no es mas que una pequeña parte de las relaciones que se establecen entre mis neuronas? ¿Qué cuando yo deje de existir en términos biológicos se acabó? ¿Qué no hay vida después de la muerte?"

A todos los que estáis pensando eso ahora mismo solo os tengo que decir... ¿Pero estáis tontos o qué? ¿Qué haces preguntándote si hay vida después de la muerte? Lo que está claro es que hay vida antes de la muerte! ¿Qué haces que no la vives y la exprimes al máximo? ¿Qué haces contemplándola sin hacer nada? Empieza a aplicarte en los estudios ya! Empieza hoy tus proyectos, ¡no esperes más! Prueba cosas nuevas. Esfuérzate también con el deporte, y con tus amigos. Cuídalos. Hazles sentir siempre que puedas que su amistad es importante para ti. Va tio! No te limites a existir. No sueñes como sería tu vida. Vívela! Y pon todo de tu parte para avanzar en la dirección que hayas elegido. Y no tengas miedo al fracaso. El fracaso es temporal. Solo se convertirá en permanente si tú te rindes. No lo hagas. Y no estás derrotado cuando pierdes o suspendes una vez. Estarás derrotado solo si te das por vencido.

Haz alguna locura de vez en cuando. Huye de las rutinas y aprovecha las oportunidades cuando las tengas. Di que sí! a los planes descabellados y rocambolescos de los colegas. Intenta que en cada uno de tus días haya algún momento divertido, tierno o estimulante para recordar. Y nunca olvides que el momento de vivir es este. Ahora. Es seguro, es un don, y tú decides que hacer con él. Tan seguro como que un día te vas a morir.

Han hecho falta millones de años de evolución para que puedas pensar. ¿No va siendo hora de que lo hagas del modo correcto?

Un saludo a todos.

Berto.